Gracias Negro!

Hace unos años tengo prendido con un par de imanes a la puerta de la heladera una hojita recortada de la revista Viva... es un Inodoro Pereyra y tiene una concersación entre un hechicero ranquel, el Mendieta e Inodoro que me parece imperdible... y muy adecuado a la situación en que muchas veces me meto yo sola...

HR - Soy un hechicero ranquel ¿Cómo estás Inodoro Toro?
IP - Mal, pero acotumbráu
HR - Inodoro Toro... Tu no debes buscar la Felicidá ni en el oro ni en el poder... La Felicidá está dentro tuyo
M (pensando)...Qué lo parió
M - ¿Cómo se siente ahora, don Inodoro?
I - Antes me sentía un infeliz. Ahora me siento un infeliz y un imbécil por no encontrar la Felicidá en un lugar tan chico como mi cuerpo.

Yo no se si al resto de la gente le pasa lo mismo, pero a mi siempre me parece que en distinto lugar, o en distinta situación yo podría ser más feliz... y postergo la felicidad hasta estar en ese lugar o llegar a esa situación.
Parte de mi proyecto para el futuro es empezar a encontrar la felicidad mucho más cerca y bastante más seguido.
Hoy, por ejemplo, puedo decir que me sentí feliz caminando, con mi ovejero como compañía, por una calle de tierra, con enormes plátanos que están empezando a ponerse amarillos... El día está hermoso, el color de los árboles bellísimo se recortaba contra el cielo de un celeste increíble y yo escuchando a Bob Dylan... Creo que no se podía pedir más.